Cuida tus pies y sal a caminar
Vivimos en una sociedad donde el sedentarismo y la comida rápida vencen en la mayoría de los casos a la práctica de ejercicio, perjudicando gravemente a nuestra salud. Caminar es aburrido, pero también es muy sencillo y no requiere un esfuerzo excesivo. El riesgo de lesión por caminar es menor que al correr o montar en bici, tratándose de una actividad muy recomendada para personas mayores, por su sencillez y sus beneficios. Es una práctica perfecta para mantener el peso y el tono físico, pero sobre todo, para llevar una actividad física saludable sin que nuestro cuerpo se resienta.
Caminar es una buena opción para aquellas personas que no les guste realizar deporte, ni ninguna otra actividad física. Además, es igual de efectiva a la hora de conseguir resultados, a pesar del mínimo esfuerzo que supone practicarla. Es la actividad natural de nuestro cuerpo, y previene enfermedades cardiovasculares, de aparato locomotor y lesiones del metabolismo celular.
Si quieres asegurarte de que caminas correctamente, echa un vistazo a las siguientes indicaciones:
Camina bien
- No mires al suelo, la vista siempre tiene que estar dirigida al frente
- Nuestro cuello debe adoptar una posición neutral y la barbilla debe estar colocada de forma paralela al suelo.
- El movimiento de brazos tiene que ser natural. Relájate, coloca los hombros hacia atrás y abajo. No cierres los puños al caminar, las manos también deben estar relajadas.
- Saca el pecho levemente.
- Mete el ombligo hacia dentro ligeramente. De este modo podrás evitar lesiones de espalda.
- Camina a través del método talón-punta, es decir, apoyas primero con el talón para más tarde impulsarte con la punta.
- Las zancadas largas para aumentar la velocidad pueden provocar lesiones. Realiza pasos largos pero que parezca natural.
- Un aspecto muy importante es el calzado. Tenemos que llevar el adecuado para nosotros. Si además usamos calzado para hacer ejercicio, este debe tener la suela flexible, ser de nuestra talla y cambiar de zapatillas al menos una vez al año.
Pero además de caminar bien, es fundamental la salud de nuestros pies, cuyos cuidados son igual de importantes que los de manos, cuerpo y cara. Unos pies poco saludables y descuidados pueden repercutir en futuras lesiones y desagradables molestias al caminar. Por ello, te sugerimos poner en marcha las siguientes recomendaciones:
Cuida tus pies
Sequedad de los pies y talones
Si la piel seca y muy dura es bastante gruesa, hay que cortar la piel muerta. También es muy efectivo usar una lima específica o una piedra pómez para los talones y otras durezas, que irá eliminando poco a poco las durezas. Esta última puede usarse tanto con la piel seca como con la piel húmeda.
Sudoración excesiva y dolor de pies
Irritación y dolor desagradable. Son dos consecuencias de la sudoración excesiva de pies. Por lo tanto, es imprescindible llevar una higiene diaria, regular la respiración del pie o usar agentes desodorantes. Estos últimos eliminan el olor del sudor al contener alcohol y otros desinfectantes. Otra técnica que podemos usar es la regulación de la transpiración con agentes secantes o anti-transpirantes. En cuanto al calzado, si se suda, es recomendable limpiar la plantilla, por ello es aconsejable utilizar las fabricadas con carbón activo, ya que absorben totalmente la humedad de los zapatos disminuyendo el olor y el número de bacterias surgidas por el olor.
Rozaduras de los zapatos
Si el zapato es nuevo, evita llevarlo demasiado tiempo. Aplica crema hidratante en los zapatos para que se ablanden, cuando la piel de éstos sea muy dura o algunas zonas del zapato rocen con la piel de tus pies. En caso de formarse una rozadora, lo ideal es proteger la zona y si es posible cambiar el calzado para que no se cree una ampolla.
Callos
Para eliminarlos, podemos usar una solución de colodión elástico con salicílico, y progresivamente se irá ablandando. Los parches con espuma y salicílico o pasta hecha con cera y salicílico también ablandan la piel.
Juanetes
Son más comunes en mujeres. Se pueden proteger con parches de silicona o espuma. Aunque la mejor solución es visitar al podólogo, ya que el especialista puede diseñar una plantilla especial que evite la formación y posterior desarrollo de los mismos.
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Más información:
¿Caminas bien?
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Fuentes:
Saber vivir
Hola.com